En Argentina el original Partido Federal fue un grupo que luchaba para establecer el sistema federal en la República. El federalismo proviene desde tiempos de la revolución de Mayo, y tiene a su líder máximo en la figura de José Gervasio Artigas, fundador de la Unión de los Pueblos Libres más conocida como Liga Federal. Hasta la segunda mitad del Siglo XIX continuó en lucha contra el Partido Unitario para decidir sobre la organización política del país.
El federalismo surge también confuso: en 1811 Cornelio Saavedra con el fin de quitarle el poder a los morenistas llama a un congreso (la Junta Grande) en el cual participan representantes de las provincias del Interior, sin embargo durante la Junta Grande no llega a sancionarse un estado federal; es recién con el oriental José Gervasio Artigas, cuando éste hace públicas las Instrucciones del Año XIII (oponiéndose al segundo unitarismo: el centralismo) para los diputados que debían presentarse en la Asamblea del Año XIII de las Provincias Unidas del Río de la Plata que abiertamente se declara la necesidad de seguir un Sistema Federal de gobierno (inspirado en el de los Estados Unidos); los integrantes del llamado Directorio establecidos en Buenos Aires y suplantando a los primeros unitarios patriotas tomaron (en tiempos de la hegemonía de Alvear y Rivadavia) la bandera del unitarismo para luchar contra el supuesto (según los unitarios de segunda generación o, centralistas) "anarquismo" de "caudillos" como José Gervasio Artigas.
El federalismo era concebido como una forma de organización basada en la asociación voluntaria de las provincias que delegaban algunas de sus atribuciones para constituir el poder central, pero conservaban su autonomía.
Si bien el grupo federal estaba integrado por diversos sectores, la mayoría lo constituían caudillos y gente de las provincias que se oponían al dominio absolutista porteño (es decir de las élites instaladas en la ciudad de Buenos Aires) y algunos a que la citada Ciudad de Buenos Aires fuese capital de todo el extenso país. Los federales defendían las autonomías provinciales: cada provincia debía tener su propio gobierno, constitución, leyes y economía; sin embargo, reconocían la existencia de un gobierno nacional con poder limitado y encargado sólo de algunas cuestiones (por Ej. las relaciones exteriores del país)
En el aspecto económico existía una clara división entre el llamado Litoral argentino y el llamado Interior. El Litoral argentino buscaba el libre comercio y la libre navegación de los ríos interiores, oponiéndose al dominio de los mismos por el gobierno de Buenos Aires, mientras que el Interior proponía el proteccionismo económico de sus incipientes producciones económicas.
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